sábado, 7 de diciembre de 2019

Aprendiendo a catar:guión ficha

FICHA DE CATA DE VINOS
Fecha de cata

Lugar

Nombre del vino

Productor

Región
Variedad de la/s uva/s



Alcohol

Cosecha

Precio

FASE VISUAL
Para comprobar la transparencia tenemos que colocar la capa sobre un fondo blanco y bien iluminado: claro, cristalino, luminoso, fino, transparente, cenagoso, opalescente, quebrado, lechoso, mate, fangoso, opaco, oscuro, apagado, turbio, velado
Color
Intensidad
La intensidad expresa la capacidad para envejecer que tiene un vino. Cuando en un tinto el color es intenso, significa que el vino es rico en taninos, cuerpo y  extractos. Si es débil y abierto, seguramente será ligero y corto en boca. claro / pálido / mediano /  oscuro.
Tonalidad
BLANCO:  verdoso / amarillo / amarillo paja/ dorado/ ámbar
TINTO:  rojo-púrpura / rubí / granate / ladrillo / marrón
ROSADO : rosa / salmón / rosa anaranjado
Brillo
Brillante, vivo, luminoso, reluciente, alegre, abierto, nítido, mate, pasado, plano. Falta de brillo indica falta de acidez.
FASES OLFATIVA
Intensidad del aroma: débil / moderado / aromático / potente

Tipos de aromas
Aromas primarios o varietalesProceden del propio fruto y del terreno. Se desprenden de la superficie del vino y aumentan si agitamos
Entre los aromas afrutados, encontramos: Cítricos: limón, naranja, lima o pomelo; Tropicales: el más típico es la piña; Frutas blancas: la manzana o la pera; Frutos rojos: fresas maduras, frambuesas,  moras, arándano; Frutos de hueso: albaricoque, melocotón; Frutos secos: las almendras o las nueces; Fruta seca: ciruelas pasas.
Los aromas florales pueden ser: Flor de espino: recuerda a una mezcla de almendra amarga y anís; Flor de acacia: aroma dulzón; Miel; Azahar; Rosas; Violetas.
En cuanto a los aromas vegetales, podemos encontrar: Pimiento verde; Hinojo: con matices anisados, Monte bajo: aromas propios de tintos mediterráneos, donde predominan el romero, el tomillo o el orégano; Heno: aromas de heno fresco recién cortado, Canela: como aroma primario.
Aromas secundarios o de fermentaciónGenerados por el metabolismo de las levaduras y bacterias lácticas (en el caso de vinos tintos). Bien a través de una agitación suave y entonces por vía olfativa, o bien en contacto con la lengua y agitarlo en la boca, aumentará la temperatura, y será por  vía retronasal.
Aromas de panadería: Son los procedentes de la fermentación alcohólica. Son característicos los aromas de pan recién hecho, brioches, etc., aromas que proceden de la fermentación de las levaduras, de la crianza sobre sus lías, etc.
Aromas lácticos: tales como los aromas a mantequilla (en ocasiones se confunde con avellana). Estos aromas surgen de la transformación del ácido málico en láctico, aportando toques de yogur, queso o mantequilla.
Aromas terciarios: Desarrollados durante el envejecimiento de los vinos, ya sea en barrica o en botella, debido a la evolución de aromas primarios y secundarios. Estos aromas son también conocidos como “bouquet”. Se pueden obtener por vía nasal, removiendo la copa o por vía retronasal, al estar en contacto con la boca.
Aromas empireumáticos. Son los propios de las sustancias sometidas a fuego directo. Pueden proceder del tostado de la barrica, y son los siguientes: Cacao/chocolate, pan tostado, frutos secos tostados.
Aromas a madera. Entre ellos: Cedro: típico aroma de lapicero recién afilado; Balsámicos: aromas propios de las resinas de pino o de eucalipto; Regaliz: aromas que proceden de la madera.
Aromas a especias. Existen diferentes aromas a especias y plantas aromáticas: Canela; Pimienta; Vainilla; Coco; Clavo/nuez moscada/jengibre.
FASE GUSTATIVA
Entrada o ataque. Las primeras sensaciones que notamos del vino son las táctiles, así como los aromas fuertes. Los vinos jóvenes, sobre todo tintos, entran en boca con aspereza (casi rascan o se "enganchan" debido a los taninos) y con gran profusión de sabores, dominando los aromas primarios de la fruta que, sin embargo, desaparecen más rápido. En cambio, los vinos viejos se notan más densos, suaves y grasos, con aromas menos intensos pero más complejos y elaborados, dominando los secundarios y terciarios que persisten más.
Evolución o paso de boca. En la boca el vino pierde intensidad, que podemos recuperar entreabriendo los labios y aspirando levemente para airearlo (al oxigenarse el vino recupera fuerza y nuestros sentidos notan de nuevo las sensaciones con más intensidad). El calor de la boca provoca unas reacciones que se resumen en una disminución de potencia aromática y en un aumento de sensaciones táctiles; en conjunto, mientras el vino está en la boca se va sintiendo la evolución de todas las sensaciones en un corto espacio de tiempo en el que hay que concentrarse en ello.
Impresión final. Al ingerirlo, el vino provoca sensaciones distintas y recuerdos de diversa índole, pues hay reacciones químicas que no se completan hasta que el vino se ha tragado. La persistencia y calidad del recuerdo (el retrogusto o posgusto) son básicas pues determinan el rechazo o deseo de volver a beber; en los vinos viejos dependerán en gran parte de los aromas terciarios. Según el recuerdo que dejen se habla de vinos cortos o largos, con más o menos recorrido. Si es necesario, después de acabar los tres pasos podemos repetir el proceso para verificar o ampliar percepciones.
Intensidad: La fuerza con la que nos sorprenden los sabores en la boca. Débil / moderado / potente
Cuerpo: es el conjunto de sensaciones táctiles que el vino produce en el paladar, debido, sobre todo, a su astringencia, a su graduación alcohólica y a la consistencia del líquido. muy liviano / liviano / medio / mucho cuerpo
Armonía:  equilibrio entre los distintos sabores: acidez, amargo, dulce
Persistencia en boca: Cuando lo tragamos o lo escupimos, el vino deja un recuerdo en la boca, que puede durar más o menos tiempo, con más o menos intensidad. Poca / Media / Mucha
Taninos: nos transmiten el nivel de maduración de las uvas, la estructura del vino, la calidad de la madera donde se ha criado y también nos permite averiguar qué posibilidades de envejecimiento le quedan.
Nivel: ninguno / débil / mediano / alto
Tipo: suave / astringente / duro

 

 

 

 

 

 

 

Los sabores


El sabor dulce: Cuando probamos un vino en la fase gustativa, la fuerza con que recibimos el sabor dulce es máxima al principio, para luego diluirse en la boca debido a la saliva. El sabor dulce viene dado por los azúcares y el alcohol de la fermentación, influyendo en la suavidad, ligereza y volumen del vino.

El sabor salado: Se aprecia rápidamente con una duración en boca muy corta. La proporción de sustancias saladas en el vino es de 2 a 4 miligramos litro, aportadas por los ácidos, pudiendo en algunos casos aumentar el frescor de su sabor.

El sabor ácido: En un primer momento percibimos un ligero sabor ácido, que crece con fuerza en boca, para justo después estabilizarse y desaparecer. En una segunda cata el sabor ácido se hace más apreciable. La acidez es esencial para apreciar la estructura de un vino, y totalmente necesario para que envejezca durante la crianza. Nos aporta frescor, sabor afrutado y le da mucha intensidad al sabor.

El sabor amargo: El sabor amargo es el más lineal de todos, se conserva estable en la lengua mientras lo tenemos en boca. El sabor amargo es aportado por los polifenoles, dando sensación de amargura y astringencia. Estas sustancias son totalmente necesarias para el desarrollo del vino, siendo más abundantes en los tintos.